—¡Oh, cielos! —gritó George—. ¿Qué he hecho? ¡Allá va mi máquina voladora!
—Mejor así —dijo Martha—. Prefiero tenerte aquí abajo, junto a mí.
Artículos relacionados
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.