CONEJERO, ALBERTO
Porque las casas las destruye eternamente la violencia humana; pero la casa que el poeta construye en este libro parece alzarse para gritar contra todos los verdugos que [?] incendian y destruyen los frágiles habitáculos del amor en el mundo. El poeta canta su resistencia. Porque este libro trata de aquello con lo que, a pesar de la furia y del fuego, se construyen las casas: con memoria de raíces, con vecindad de bosque y con el cuerpo del amor. [del prologo de Aurora Luque]